miércoles, 18 de noviembre de 2009

Medios, poder y democracia

¿Quien dijo que 20 años no es nada?


20 años de Medios y Democracia en la Argentina, es un libro escrito por la Periodista y Licenciada en Comunicación; Daniela Blanco y el Abogado Carlos Germano. En él se recopila la historia Argentina y la relación de los diferentes dirigentes del país con los medios masivos de comunicación: sus usos, sus amistades, su importancia, sus enemistades, sus castigos, sus derechos…todo explicado de manera muy clara y organizada ya que brinda los períodos históricos separados por cada presidencia, comenzando por el retorno de la democracia con el mandato de Raúl Alfonsín hasta Néstor Kirchner, divididos a su vez en las secciones: Legal, Económica y Política.
Personas, nombres, leyes, complicidades, peleas, asuntos que esconder, lucha de poder…en fin, no solo batallas, conquistas o las luchas caracterizan nuestra historia sino que a esas luchas también se suman la carrera cabeza a cabeza de los medios de comunicación y el gobierno de turno por obtener el poder, su verdad y la aclamación popular.
Como todo inicio de un mandato presidencial siempre se empieza con el pie derecho con respecto al apoyo de los medios periodísticos pero no todo continúa de un modo tan perfecto y con un clima de amor y paz. El país acababa de cerrar la puerta del horror, de la tortura, del miedo, del engaño, del abuso del poder y la sociedad le daba la bienvenida con los brazos abiertos a la tan anhelada democracia con la llegada de Alfonsín a la presidencia. Aunque desde el principio se pensó en llevar a cabo la implementación de varios cambios con respecto al funcionar de los medios, “el gobierno de Alfonsín estuvo muy lejos de cumplir con estas intenciones de cambio”. A pesar de que las ideas eran buenas y alentadoras, todavía existía la mano de los militares dando vueltas por el gobierno.
La sociedad tenía la necesidad de conocer que era lo que realmente había ocurrido en el país y para eso depositaron su confianza en los medios que anteriormente le había ocultado todo lo que sucedía. Así nacieron las radios trucas que se creó como un medio de libre expresión.
La democracia volvió pero la prensa libre no apareció. Por el contrario, nació la ambición, la avaricia, el deseo de poder y todo gracias a la formidable actuación de Carlos Menem. Pero no fue el único que pensó que brindándole beneficios a los medios lograría “generar un periodismo protector y defensor de las acciones del gobierno”, sino que también Néstor Kirchner realizó actos de bondad hacia la prensa. Sin embrago, ninguno de ellos ni nadie que los rodea se puso a pensar las cosas en contra y los problemas que tendrían en cuanto a su mandato y la mirada de la sociedad hacia ellos. En cuanto a Menem, la prensa se encargó de poner en boca de toda la población los casos de corrupción y las violaciones de los derechos que tenía como actores principales tanto a los integrantes de cuerpo de gobierno como a los familiares del propio presidente. Mientras que en la presidencia de Kirchner, los medios colocaron como tema central en la agenda a la inseguridad, pero sobre todo dando a conocer el asesinato del joven Axel Blumberg que provocó una gran movilización de la población. En ambos casos, no sólo se dejo mal parado a la mano que les dio y le da de comer, sino que también generaron una guerra entre ambos bandos. Cuando Menem era presidente realizó varios intentos por hacer ley, a por lo menos, tres proyectos que buscaban censurar a los medios y lograr la autocensura. Se quería dar una pena exagerada a todos los periodistas que osaran hablar mal de algún miembro del poder. Kirchner, en cambió, no fue tan severo. Su maniobra fue reducir los temas de la agenda pública con actos/anuncios llevados a cabo una vez por día.
Los medios tienen el poder de decir que se debe debatir, sobre que tema la población debe construir su opinión... Es más, el medio puede generar odio en la gente de tal forma que provoque la huida de un presidente en helicóptero al divulgar un posible golpe, siendo uno de los primeros presidentes que vio su imagen derrumbarse en tan poco tiempo.
No hay duda, el medio tiene el poder de manipular las mentes de la sociedad y el accionar del gobierno, ayudándolo a avanzar o impidiéndole su avance. Todo depende de los beneficios que logren conseguir

martes, 10 de noviembre de 2009



Guerra de Malvinas: 1982


Más Horror, Más Muertes


Cuando escuchamos “Dictadura militar”, se nos viene a la mente carteles con rostros de gente que fue secuestrada, torturada, asesinada y desaparecida; madres y abuelas marchando por las calles pidiendo por la aparición de sus hijos y nietos acompañados por un reclamo de justicia: “Cárcel a los dictadores”. Pero nos estamos olvidando de una etapa que también fue parte del horror que se vivió en el último golpe de estado: La Guerra de Malvinas, una guerra que se inició por el capricho del presidente de facto Leopoldo Galtieri y dejó a varios miles de muertos, gente con discapacidades, familias destrozadas por la pérdida irreparable de un hijo, nieto, amigo…

El país era un volcán a punto de hacer erupción. Las aguas estaban tensas entre la población y el gobierno de facto, ya que se acrecentaba las denuncias de corrupción y la oposición hacia el régimen militar. Sin embargo, desde Masera hasta Galtieri, pensaban en recuperar las Islas, pero en el plan que habían creado para recobrar a Malvinas como parte del territorio Argentino, jamás incluyó tener una simple charla entre las partes para llegar a un acuerdo. Por el contrario, se quería demostrar el poder que no se tenía pero que sí se creía tener, y como siempre el que paga es aquel que no tiene nada que ver.

La guerra se inició por la avaricia, la codicia, la búsqueda de poder, la creencia de ser dueños de todo y de todos, debido a que a los militares no les gustaba que “otros” fueran los propietarios de los que le pertenecía o de lo que creían ser dueños, amos y señores y, como siempre, todo lo arreglaron por la fuerza, ya que ven el arrebato como la mejor manera de conseguir lo perdido. Sin embargo, mandaron a unos pobres jóvenes en desarrollo que tan solo conocían la guerra por las películas o por su imaginación a combatir en las Islas Malvinas sin tener el armamento adecuado y necesario, el abrigo propicio para la baja temperatura que caracteriza al lugar y sin brindarle el alimento preciso.

Mientras los jóvenes adolescentes que vieron sus pasos truncados por el llamado obligatorio para presentarse al frente de batalla para disputarse entre la vida y la muerte en una guerra, la gente que se encontraba en Buenos Aires salía a reunirse frente a la casa rosada para gloriar las palabras desafiantes de Galtieri que declaraba “Si quiere venir que vengan, les presentaremos batalla” y se ilusionaban con un triunfo que jamás tuvimos ni íbamos a obtener. Además, se realizaron festivales con motivo de recaudar dinero para enviar a la Isla y así ayudar de alguna manera a los combatientes.

Sin embargo, los argentinos no entrábamos en razón, y seguimos sin hacerlo, y no dejamos de lado la maldita costumbre de no mirar hacia atrás. No nos poníamos a pensar que la información brindada por los medios era manipulada por los militares, quienes eran los que decían que se debía y que no contar, ya que existía una censura. No veíamos que el país estaba en medio de una dictadura que torturaba, mataba, desaparecía a decenas de personas y realizaban actos para ocultarlos, que el único fin era eliminar a la gente que no pensara igual que ellos.



Para peor, todos los presidentes democráticos se llenaron la boca alabando a nuestros ex combatientes pero ninguno de ellos se preocupó realmente en brindarles las comodidades que necesitan para subsistir. La situación y el reconocimiento hacia su persona es pésima y no se los trata de igual a igual, se los ve como a los locos que volvieron de la guerra o como los discapacitados por causa de la guerra, pero ellos tienen vida y familia y necesitan ganarse el pan de cada día debido a que el estado no los recuerda porque sus subsidio es pobre, como la mente y la caridad del pueblo Argentino.



Este pueblo jamás se puso a analizar que toda acción que los militares hacían o planeaban efectuar tal solo tenía el fin de beneficiar a sus allegados y a ellos mismos. Tal vez algún individuo si analizó la situación, pero debía callar y seguir la corriente por miedo a desaparecer o morir, por miedo a que le pase a su familia…no lo sabemos. Tan solo hay algo que no queda en duda, y es que los argentinos somos bondadosos pero a la vez excesivamente “buenudos”, somos demasiado maleables porque no razonamos ni analizamos la realidad sino que nos dan un juguetes, un mundial o un acto heroico y nos olvidamos de los que ocurre y de todas las personas que perdieron la vida en la batalla

jueves, 5 de noviembre de 2009



Ley de Servicios Audiovisuales

Nueva Ley: entre aceptación y objeción


“Cambia, todo cambia” diría nuestra querida y recordada Mercedes Sosa. Y gracias a dios que se producen los cambios por que nos permite progresar como país. Se le debe dar la bienvenida a un cambio muy importante para la sociedad Argentina, un cambio que permite el ingreso a los medios de comunicación de muchas personas, tanto profesionales como individuos o agrupaciones sin fines de lucro que solo sienten la pasión por comunicar y estar en contacto con la gente. Con ustedes la Ley de Servicios Audiovisuales.

Si sienten que los aplausos son desganados o pocos, si ven que las caras son agrias, si los ojos se achinan, si escuchan silbidos, si leen cosas con odio, no sientan miedo por que tan solo son los periodistas y capos de Clarín que expresan su desaprobación contra la ley y contra los diputados que sancionaron el proyecto que los priva de un gran poder y de millones de ganancias. En este odio están incluidos los que siempre estuvieron a favor de la ley y a los que en el último momento hicieron las gran Borocoto, es decir, cambiaron su voto “no positivo” por uno si positivo.

Quieran o no, la ley necesitaba una reforma para el crecimiento del país. Entre los artículos reformados se encuentra en correcto cumplimiento por parte del estado de garantizar el artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que establece que TODA persona tiene el derecho de buscar, recibir y difundir información o ideas de toda índole por el medio que considere adecuado. La frase toda persona se respetaría en la nueva ley ya que se respetan a los aborígenes debido a que se busca la preservación y promoción de la identidad y de los valores culturales; y las personas con discapacidades o capacidades diferentes, para que puedan acceder a la información y a los contenidos.

Caras con puchero y berrinches se van a ver y escuchar, más por el lado del Grupo Clarín, ya que deberá optar por tener una licencia de canal de aire o satelital. Es decir, deberá elegir si se queda con Canal 13 o con Todo Noticias. Aunque la empresa este vociferando que Canal TN va a desaparecer y le haga creer esto a la audiencia que lo sigue y confía en ese canal como medio de difusión, tiene claro que puede vender ese canal a otra empresa. Pero que pasa, Clarín no fue al jardín y por eso no sabe lo que es compartir, quiere todo para él.

El Gran Diario Argentino no piensa y reflexiona que el proyecto de Servicios Audiovisuales es “un paso para el hombre y un gran salto para la Sociedad”, ya que se basa en la difusión de la cultura nacional, en donde es obligatorio generar proyectos propios, dar a conocer la música popular argentina y brindar a cada provincia la información de su región. A los pueblerinos no le interesa conocer si en la capital Federal o el Gran Buenos Aires tiene piquetes, andan los trenes o hay una marcha por que son cuestiones que no los perjudican debido a que se encuentran a varios cientos de kilómetros.

El gobierno siempre mostró un gran esfuerzo por hacer que los medios difundan la rica cultura que caracteriza a la República Argentina. Un ejemplo es el proyecto concretado de la creación de un Canal de aire denominado Encuentro, en el cual el Ministerio de Educación de la provincia se ocupa de supervisar la transmisión de la cultura y la enseñanza de todo tipo a los jóvenes, niños y adultos.

La vida se va pero la cultura queda aquí, no permitamos que se esfume de apoco y pase a ocupar un lugar en el olvido. No perdamos las raíces patrias, no perdamos la identidad al abrirles las puertas al nuevo mundo y a su tecnología e información. Compitamos de igual a igual y logremos superarnos, dejando el odio, el rencor, la avaricia y la envidia detrás y por debajo de todo. Mostremos respeto por el otro y no seamos envidiosos. Cumplamos con los derechos y abramos nuestras mentes. No rechacen el progreso, abracen la ley.